hasta (del ár. and. "?attá", con influencia del lat. "ad ista")
1 prep. Expresa el *lugar en que termina un movimiento: "Llegaremos hasta la frontera". El lugar a que llega algo: "Con el agua hasta la cintura". Con este significado se puede sustituir por "a": "Con el agua a la cintura". El *momento, lugar, etc., en que se interrumpe o queda realizada una acción: "He leído hasta la página cincuenta. No pararé hasta que lo consiga. Esperaré hasta que vuelva". Se emplea también para expresar lo que falta, en tiempo o en otra cosa, para llegar a un determinado punto: "Te faltan tres centímetros hasta ser tan alto como yo. Faltan quince días hasta Navidad". *Para. También sirve para expresar el *máximo de una cantidad aproximada: "Guárdame hasta dos docenas de naranjas". En frases negativas expresa el punto en que termina la abstención que la negación envuelve: "No me marcharé hasta haberlo resuelto todo". En estas frases es frecuente la intercalación de un "no" pleonástico: "No me marcharé hasta que no me echen". En tanto, hasta tanto.
2 adv. *Incluso: "Hasta los niños lo comprenden. Allí hace frío hasta en verano. Estoy dispuesto hasta a empeñarme por hacer el viaje". *Énfasis. Se emplea como expresión *culminativa para dar sentido ponderativo a la inclusión de cierto caso en la afirmación o negación contenida en la frase: "Hasta yo iría a verlo" (de tanto interés sería).
3 prep. Se emplea mucho con un adverbio o con un nombre que expresa tiempo, para *despedirse: "Hasta luego. Hasta mañana. Hasta la vuelta".
. Notas de uso
La intercalación de un "no" pleonástico en frases negativas es condenada por algunos gramáticos, apoyándose, principalmente, en que puede dar lugar a anfibologías: si se dice, por ejemplo, "no sembraremos hasta que no llueva", no se sabe si lo que se espera es que llueva o que deje de llover. Esta razón es, sin embargo, la más débil, pues el hecho es que, por la incomodidad que representa, en este como en otros casos, el encuentro de dos oraciones negativas, el peligro de anfibología queda resuelto porque, aunque gramaticalmente fuese correcto, a nadie se le ocurriría, si lo que se pretende es decir que se espera a que ya no llueva para sembrar, decirlo en la forma del ejemplo, sino "no sembraremos hasta que ya no llueva" o "hasta que deje de llover". Por otro lado, no se ve clara la razón doctrinal de condenar el "no" superfluo en este caso, que tiene una explicación en la semejanza de sentido entre las partículas "hasta" y "mientras" (las cuales en algunas lenguas, por ejemplo en el hebreo, se confunden) y que se encuentra usado por escritores consagrados, y considerarlo admisible en otros de superfluidad igualmente patente. Sin embargo, de hecho, en la mayor parte de los casos suena inelegante y esta puede ser la verdadera razón para proscribirlo.